El empleo del tiempo en la C.A. de Euskadi. Evolución y comparación con otros países
EL EMPLEO DEL TIEMPO EN LA C.A. DE EUSKADI. EVOLUCIÓN Y COMPARACIÓN CON OTROS PAÍSES
Prof. D. ENRIQUE MORáN ALáEZ
Prof. D. JESÚS RODRIGUEZ MARCOS
Eustat. Vitoria-Gasteiz.
Antecedentes históricos
En 1913 Maud Pember Reeves publica el estudio 'Round About a Pound a Week'
llevado a cabo en Lambeth (London) por el grupo de mujeres de la Sociedad
Fabiana entre 1909 y 1913. Recogen para un grupo de 39 mujeres trabajadoras
pobres con tres o más hijos un diario de actividades, con el propósito de
descubrir cómo se las arreglan esas mujeres con familias numerosas con
salarios minúsculos y revelar el lado más horrible de la pobreza. Indagar
sobre los pasos para eliminar la pobreza está detrás de este estudio.
En ese mismo año George Esdras Bevans, en Estados Unidos
publica 'How working men spend their spare time', trabajo que incluye los
resultados de una encuesta realizada en 1912 en Nueva York a trabajadores sobre
su gasto de tiempo por actividades y día de la semana.
Hacia 1915 en Rusia se lleva a cabo una investigación de la
vida de los estudiantes con respecto a su tiempo de estudio y no estudio. En la
década siguiente se catalogan cerca de 40 encuestas a un total aproximado de
10.600 personas, aunque las más significativas y conocidas vienen a ser las
realizadas por la Oficina Central de Estadística, teniendo como objeto de
estudio a los trabajadores y granjeros soviéticos, dirigidas entre 1922 y 1924
por S.G. Strumilin. En aquella sociedad en estado permanente de cambio
revolucionario se analizan los efectos incluso en la esfera de las actividades
diarias, en orden a valorar el éxito de las medidas tomadas. A modo de ejemplo
y como resultado de sus estudios, S.G. Strumilin propone no aumentar la jornada
de trabajo de los trabajadores no manuales de 6 a 8 horas, horario estándar de
los trabajadores manuales, ya que iría en contra de su formación continua, de
la mejora de su cualificación profesional y en última instancia sería una medida
en contra la creación de especialistas. Aboga por avanzar hacia la igualdad de
horarios sobre todo a través de la reducción de los de los trabajadores
manuales.
Este tipo de encuestas se siguen realizando con mayor o menor
intensidad en las décadas siguientes en la Unión Soviética, y fue solo a partir
de los años 60 cuando comienzan a generalizarse en los países desarrollados. En
esos años se produce en esos países un fuerte acceso de la mujer al mercado de
trabajo y el aumento del tiempo no dedicado al trabajo, circunstancias que
modifican hábitos culturales hasta entonces establecidos. En 1966, el Centro
Europeo de Coordinación y Documentación promueve el primer estudio sobre empleo
de tiempo en el que participan 11 países. No es hasta mayo de 2000 cuando por
parte de Eurostat se elabora y acuerda un documento de directrices para la
harmonización de las encuestas europeas de empleo de tiempo.
En España hay que destacar dos primeras aproximaciones
realizadas por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (Encuesta de
Nuevas Demandas) en 1990 y por el Centro de Investigaciones sobre la Realidad
Social en 1991.
Desde la estadística oficial, fue Eustat la primera oficina
estadística en España que puso en marcha una Encuesta de Presupuestos de Tiempo
(EPT) en el año 1992, en el afán de completar el sistema de indicadores de
hábitos sociales y culturales iniciado en 1989 con la Encuesta sobre Condiciones
de Vida (ECV). Este sistema se diseña con el objetivo de actualizarse con una
periodicidad quinquenal: ya se disponen de tres tomas de la EPT (1993, 1998 y
2003) y en el cuarto trimestre del año en curso se realizará la recogida de la
cuarta ECV.
Las Encuestas de Presupuestos de Tiempo -recordemos que el
tiempo se configura como un recurso escaso, natural y social, destinado para
satisfacer las necesidades personales y sociales a través de todas las
actividades humanas- además de permitir conocer cómo se distribuye el tiempo
diario, dibujar los diferentes tipos de jornadas, los momentos del día en que
se realiza una actividad, las diferencias por colectivos sociales, evaluar
económicamente el trabajo no remunerado (doméstico, de voluntariado, de ayuda a
otras personas, etc.), resultan ser uno de los métodos más idóneos para conocer
los comportamientos humanos de una forma precisa y compleja a la vez.
Metodología
La EPT diseñada por Eustat se basa en una muestra aleatoria a
5.000 hogares y dentro de ellos a 5.000 individuos. Este tamaño, que supera al
de encuestas similares de países como Suecia (3.998 individuos), Noruega (3.211),
Dinamarca (2.739) y se aproxima al de Finlandia (5.332) y Holanda (5.717),
trata de garantizar la representatividad del mayor número posible de colectivos
y actividades. Países como Francia (15.541), Reino Unido (10.366) o España,
cuya primera encuesta se realiza entre 2002 y 2003 (23.880 viviendas y a todos
sus componentes), presentan muestras mayores en orden a obtener datos
territorialmente significativos.
El marco muestral utilizado deriva del Registro de Población
de Eustat. La muestra se recoge completa, sustituyéndose en el caso de encontrar
problemas de cobertura.
La distribución semanal se realiza en cuatro grupos: días
laborables, viernes, sábado y domingo, agregación ya estándar. Los días también
se reparten aleatoriamente.
La encuestación se divide en dos períodos: otoño de un año y
primavera del siguiente. La recomendación del documento citado de Eurostat
pasan por encuestar durante un período anual. En su día se optó por la
encuestación en dos periodos por razones de coste y de la problemática de la
falta de cobertura en épocas vacacionales o de fuertes movimientos de población,
que no dejarían de sesgar el objetivo de recoger la posible estacionalidad.
La encuesta de 2002-2003 se realiza a personas de 10 y más
años, mientras que en las dos anteriores a las de 16 y más.
Se utilizan cuatro cuestionarios, dos básicos y dos auxiliares.
Los básicos son el familiar (se recoge información familiar y censal para todos
los miembros de la familia) y el diario. En este último, en una parrilla de
tiempo que va de las 0:00 horas a las 24:00, a intervalos de 5 minutos, se
recoge el lugar, la actividad principal, la secundaria y la compañía. Existe un
tercer cuestionario para la codificación de las actividades y un cuarto, llamado
Hoja de Ruta, que sirve para la gestión de la muestra.
Un agente recoge el cuestionario personal y completa y corrige
el diario con la persona que lo ha rellenado. El primero le supone unos 10
minutos y el segundo 30 al agente.
Se codifica con una lista de códigos de 236 actividades, 19
lugares y 10 de compañía, compatible con listas de Eurostat y del INE.
Eustat calcula errores de muestreo para las principales tablas.
Principales cambios en el uso del tiempo entre 1993 y 2003 en la C.A. de Euskadi.
Tres son los tipos de indicadores que habitualmente se utilizan
en los análisis del empleo del tiempo: el tiempo medio social -tiempo medio que
dedica la población a una actividad concreta-, el tiempo medio por participante
- tiempo medio que dedica a una actividad concreta la población que sí realiza
esa actividad- y la tasa de participación -porcentaje de personas que realizan
una actividad determinada.
Dependiendo del enfoque del análisis se utilizará una u otra
medida, teniendo en cuenta que el tiempo medio social nos acerca más a tipos
sociales genéricos -más adecuados para conocer la estructura del uso del tiempo-,
mientras que si tenemos en cuenta el que dedican los participantes nos estamos
aproximando a la descripción de comportamientos de grupos o colectivos sociales
específicos.
Si agregamos las actividades en las que distribuimos el tiempo en dos
grandes grupos: aquellas asociadas a la producción y reproducción de las
condiciones vitales - necesidades fisiológicas, trabajo y formación, trabajos
domésticos, trayectos y cuidados a personas del hogar-, por un lado, y por otro,
las relativas al ocio -ya sea activo o pasivo y el tiempo dedicado a la vida
social-, podemos apreciar cómo el primer grupo se lleva las cuatro quintas
partes del tiempo diario en 2003. En total 19 horas y 5 minutos. No sólo
resulta ser el de mayor peso, sino que también a lo largo de la última década
no ha dejado de crecer: 19 minutos entre 1993 y 1998 y otros 15 minutos entre
esta última fecha y 2003. A priori, y con estos primeros resultados parece
contradictorio afirmar que avanzamos hacia una sociedad del ocio.
Fuente: Eustat, EPT
Si analizamos la evolución desde el punto de vista del género,
la tendencia a aumentar el tiempo dedicado a actividades no incluidas en el
apartado del ocio se produce por igual entre varones y mujeres, aunque con
distinta intensidad: los primeros añaden 44 minutos entre 1993 y 2003 y las
mujeres menos de la mitad de esta cifra -20 minutos-. Esta evolución de distinta
intensidad esconde y acorta las distancias entre sexos: en 1993 las mujeres
dedicaban al trabajo -remunerado o no- y al resto de actividades de reproducción
social, de media, 1 hora y 9 minutos más que los varones; esta brecha se reduce
a partir de la fecha citada y se mantiene en torno a los 45 minutos en 1998 y
2003.
En Suecia todas las actividades de ocio (pasivo u activo) han
crecido unos 15 minutos en los 90, siendo este incremento de 13 en Noruega, en
la década pasada.
No obstante, para precisar esta primera afirmación, resulta
necesario concretar las variaciones en los distintos tipos de actividades. Así
tenemos que el primer grupo de estas que crece de forma sustancial se engloba
en el apartado de necesidades fisiológicas, con 25 minutos más. En este capítulo
se incluyen actividades como el sueño, los cuidados personales, las comidas o
los cuidados médicos. Posteriormente nos detendremos en las distribuciones y
cambios en estos componentes.
El tiempo dedicado al trabajo y a la formación también se
incrementa en 14 minutos, 12 de los cuales se añaden entre 1993 y 1998. El
porcentaje de población participante de dichas actividades no varía sensiblemente
en el decenio de referencia: del 47,4% en 1993 al 48,5% en 2003. Eso no
significa que no haya variado la composición de la población con relación a la
actividad entre la población de 16 y más años.
Fuente: Eustat, EPT
Los trayectos añaden 10 minutos y los cuidados a personas del hogar otros 2.
Cuatro de cada cinco personas realizan algún tipo de trayecto.
En el decenio de estudio aumenta esta proporción casi cinco puntos. El aumento
de la actividad, en concreto de la femenina, el surgimiento del comercio de
grandes superficies, la mejora de los medios de transporte y el alejamiento de
la residencia de los centros de producción o formación, pueden explicar estas
variaciones.
Por otro lado, una de cada cinco personas dedican parte de su
tiempo a cuidados a otras personas del hogar, sin que haya cambiado la proporción
en los últimos 10 años. El envejecimiento de la sociedad podría estar detrás de
este saldo casi nulo: hay menos jóvenes a los que cuidar pero más mayores.
El tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado,
por el contrario, llega a caer hasta 17 minutos. No resulta ajena a esta
disminución el ligero incremento de la tasa de participación: del 77% en 1993
al 78,5% en 2003.
Si nos centramos en el apartado del ocio, destaca sobremanera
la pérdida de 27 minutos en el conjunto de actividades que integran el llamado
ocio pasivo: lectura, ver TV, juegos, asistencia a espectáculos o no hacer
nada. Se reparte esta pérdida de una forma simétrica entre las distintas
tomas de datos disponibles: 12 minutos entre 1993 y 1998 y 15 entre este año
y 2003. El tiempo dedicado a la vida social también cae 12 minutos, mientras
que el tiempo dedicado al deporte, a los paseos y a las llamadas tecnologías
de la información y de la comunicación (ordenador, Internet, etc.) aumenta 7
minutos, cinco de ellos en el último quinquenio.